Introducción
Esta comunicación da cuenta de una síntesis en el proceso de una investigación eslabonada, ejecutada hasta este momento, y de los avances alcanzados en el desarrollo del proyecto “Historia del teatro en Formosa” abarcativo del decenio 1999-2009, incluyente de la primera Modernidad teatral que identificamos en la trayectoria escénica provincial formoseña. El proyecto, acreditado ante la SECyT, tiene carácter trianual (2010-2012).
El contenido de este trabajo se orienta a sumar conocimiento al campo teatral argentino y pretende acercarlo a los propios colegas investigadores, a los estudiantes de teatro y de letras, a los teatristas; espera hacerlo no solamente para poner al día la cuestión del “hecho escénico” y el modo en que acaece en un punto – Formosa - de la vasta geografía nacional, sino pensando en generar intercambios más fluidos con otras zonas del fenómeno teatral, en verificar las coincidencias sincrónicas, tanto como a identificar e interpretar las diferencias, la naturaleza de lo divergente y las fuerzas operantes en sus dinámicas y emergencias.
Los momentos del proceso y la trastienda
¿Qué hemos alcanzado hasta ahora al indagar el teatro de una provincia como Formosa? Por ahora, un balance y una serie de hipótesis reorientadoras para continuar.
De los intercambios entre las disciplinas del proyecto, efectuados regularmente, de los avances y del conjunto de datos obtenidos a la fecha referidos a puestas, de las políticas culturales, artísticas y específicamente teatrales; de la información relativa a la dinámica de los elencos, a los repertorios y a la gestión teatral, es posible enunciar muy sucintamente los aspectos y manifestaciones del hecho escénico de Formosa en el decenio 1999-2009:
· Desarrollo del metalenguaje y del discurso crítico - académico y periodístico – relativo al teatro local, instaurando de este modo una instancia mediadora con los teatristas, con los gestores culturales; y en menor medida, con el público;
· Preeminencia del realismo en las dramaturgias o en las concretizaciones escénicas como efecto de un dispositivo ideológico-político siempre y cuando la intriga no se asiente en conflictos locales. Estos se encauzan por la vía del teatro de tema mítico-legendario, o de un pasado lejano o ajeno a la identificación política del dispositivo;
· Creación colectiva: como en el resto del país teatral, también el decenio reciente da cuenta de las creaciones colectivas, pero sin cimentarse en la profesionalización necesaria o suficiente para sostener la experiencia colectiva como vía de aporte e investigación interna a los elencos, nutriéndolos de posicionamientos ideológicos. En efecto, los elencos locales con creaciones colectivas en su haber, toman algunos procedimientos o metodología de tales creaciones – generalmente a propuesta del director del elenco – pero no sus fundamentos teóricos ni su ideología. No se observa en sus trabajos la “puesta en común de un saber”, propia de la creación colectiva según B. Brecht, y esto se debe a la precaria formación actoral-directorial y a los conocimientos de teoría e historia del teatro como referencialidad conceptual. En lo local, adoptar procedimientos de teatralización colectiva apunta más a la experimentación escénica que permita “hacer participar” a todos los integrantes, en una suerte de ilusión creativa;
· Habría un crecimiento del teatro formoseño hasta el año 2005, en variedad y en cantidad relativas. Pero desde la puesta en marcha del Primer Festival Internacional de la Integración y del Reconocimiento, que generó un notable despliegue organizativo, asistencia masiva a sus puestas gratuitas y un importante presupuesto para su ejecución – que pasó a ser anual – se operó un declive en la cantidad de elencos y figuras teatrales locales, en la baja dinámica y modesta programación de la Fiesta anual Provincial del Teatro – demasiado cercana termporalmente al Festival Internacional -, con el consiguiente decrecimiento de puestas del teatro independiente y, como contrapartida, el crecimiento del teatro escolar-estudiantil e infantil. El elenco de Los Gregorianos fue la excepción en este declive;
· Refuncionalización de los elencos teatrales. En el caso de LITEA y con la ausencia de su primera actriz – Graciela Galeano – el elenco piranense se ocupó más de actividades culturales variadas que de continuar con el teatro que les dio origen y prestigio local; en el caso de C.E.A.Utopía 2000, el referente se trasladó de sus tradicionales creadores y gestores - Daniel Luppo y Mónica Núñez -, al musicalizador del elenco; y los actores del grupo dejaron su protagonismo en Utopía;
· Ausencia actoral-directorial de los “históricos” del teatro formoseño de la primera Modernidad (D. Luppo, M. Núñez, G. Elordi, E, Contreras, G.Galeano, C.Leyes). Inversamente, continuación y crecimiento de tres de ellos (Lázaro Mareco, Isaac Rojas y Marcelo Gleria);
· Aparición de nuevos directores (Gustavo Leyes, Marcela del Turco, Alejandro Beck);
· Incremento de dramaturgia propia – TD, guiones y adaptaciones – con inclusión de referencialidades locales en el discurso teatral y en los procedimientos teatralistas;
· Intensificación de la estética del clown;
· Ausencia de intercambios y debates entre los teatristas, gestores culturales y el discurso crítico-académico con relación a temáticas referidas al campo teatral. -
Dra. María Ester GORLERI de EVANS
GETEA – Universidad Nacional de Formosa
Fragmento de la Ponencia de Plenario leída en el marco del XX Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino (2 al 6 de agosto 2011 – GETEA – Facultad de Filosofía y Letras – UBA)
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