lunes, 17 de enero de 2011

¿CUÁNDO EMPEZÓ EL TEATRO EN FORMOSA? (II)

 

LAGUNA BLANCA

Entre su fundación y avanzados los ’30, Formosa estuvo comunicada civil y comercialmente con dos metrópolis solamente por vía fluvial: Asunción del Paraguay y Buenos Aires. Por este medio principalmente se transportaban cargas y materias primas, y los traslados de pasajeros eran privilegio de la clase acomodada: grupos burócratas, terratenientes, representantes de firmas comerciales, funcionarios.

Si hasta los ’40 el ganado y el tanino fueron los ejes productivos, en este período lo fue el algodón, lo que significó un crecimiento económico-poblacional. Varias empresas extranjeras –Bunge & Born, Anderson Clayton, entre otras– se instalaron en pueblos de producción algodonera, con galpones de acopio y desmotadoras que muchas veces sirvieron de sala para las representaciones escénicas. Precisamente en el galpón de Anderson Clayton de la localidad de Colonia Alfonso (hoy Laguna Blanca), algunos aficionados fueron dirigidos por un maestro de escuela y directivo, Elías Fernández Carrizo y por el farmacéutico del pueblo, el porteño Juan R. Sainato –espectador fervoroso de representaciones realizadas en Buenos aires–. Ambos organizaron un elenco al que llamaron Aspiración.

Entre 1936 y mediados del ’40[1] el conjunto convocó varias veces al caserío de la colonia y repuso los espectáculos trasladando actores y escenografía en camión, por caminos-senda de tierra y de frecuentes lodazales, a parajes vecinos como Siete Palmas, El Espinillo, Buena Vista e Ingeniero Juárez.

El escenario se armaba sobre tambores vacíos colocados bajo tablones de madera, con bambalinas y telón azul de fondo con una leyenda: “Centro Artístico Aspiración”. El cortinado de basta tela –cretona- completaba la escenografía.

Acostumbraban a ensayar en casa de los actores y en el local de la escuela del pueblo –entonces, la nº 22, y hoy la nº 6 de Frontera– alumbrados por lámparas Petromax y por linternas.

La selección de roles y la dirección revelaban una puesta tradicional: ateniéndose al texto y orientándose con didascalias, los directores asignaban los parlamentos y diálogos para memorizar, actualizando lo no pautado por el texto del dramaturgo para las indicaciones referidas al empleo del espacio y los desplazamientos.


[1] Testimonios de dos familiares de Fernández Carrizo, sus hijas Ibis y Ada Claribel, espectadoras en su infancia de representaciones del grupo aficionado, dirigido por su padre y Sainato (entrevista realizada en setiembre de 2001)

 

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FUENTE:

GORLERI DE EVANS, Mª Ester – BUDIÑO, Marisa E. (2005) “FORMOSA (1915-1962)”. En PELLETTIERI, Osvaldo (Dir.), Historia del Teatro Argentino en las provincias. Volumen I,  Buenos Aires: Galerna – INT, 2005. Extracto de páginas 223-224.

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